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Decálogo del Pediatra del Grupo de Pediatría Privada

Decálogo:
El ejercicio profesional de un Médico Pediatra del Grupo de Pediatría Privada, debe ser la expresión de su formación integral, en la que a sus valores éticos y morales se van agregando a lo largo de su vida, conocimientos, habilidades y destrezas que pone al servicio de sus pacientes en todo momento.

Es la suma de los valores éticos y morales además de su ejercicio profesional lo que le hace digno de tener la confianza de la familia, de sus pacientes y de la sociedad.

Para poder justificar esta confianza, YO como profesional de la Pediatría, tengo el sagrado deber de mantener un buen nivel de conocimiento y práctica mediante la educación médica continua, mostrando en todo momento el máximo respeto por la dignidad y la vida humana.

Como Médico Pediatra del Grupo de Pediatría Privada, debo cumplir con el siguiente decálogo:
          I.     Hacer que la atención de los niños sea mi principal preocupación, tratando a cada uno de    
                  ellos con gentileza, consideración y respeto.
          II.    Respetar su dignidad y privacidad, escuchando sus puntos de vista, al igual que los de sus   
                   padres.
          III.  Entregarle a los niños y/o a sus padres información oportuna, clara y precisa, de manera que 
                   ellos puedan comprender. Comprobar además mediante preguntas que se ha entendido. 
          IV.   Respetarles el derecho a participar de las decisiones que puedan tomar en relación con su 
                   salud.
          V.     Considerar a cada uno de ellos, como seres únicos, integrales y trascendentales sin cambiar 
                   nuestra conducta por diferencias económicas, raciales, políticas o religiosas.
          VI.   Asegurarme que mis creencias personales no perjudicarán la atención de mis pacientes.
          VII.  Ser honesto y confiable, respetando y protegiendo la información confidencial de mis 
                    pacientes y compañeros Pediatras.
          VIII. Procurar mantener mis conocimientos y prácticas al día, reconociendo los límites de mi 
                   competencia profesional y si tengo razones para estimar que no estoy en condiciones de
                   atender al niño, adoptar todas las medidas necesarias para su resguardo, buscando su
                   mayor bienestar. 
          IX.   Actuar rápida y diligentemente para protegerlos de riesgos.
          X.     No abusar de mi posición como médico, buscar la manera de servir mejor a los intereses de 
                   los niños, jamás discriminar injustamente a los niños o a mis compañeros Pediatras,
                   trabajar con el máximo respeto y unidad con mis compañeros y estar siempre 
                   preparado para justificar mis acciones ante ellos y la sociedad. 
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